El
que está sobrio
Vuélvese
a la madera de los sueños. Ya ha conocido
El
olor del catafalco, ya ha madurado a la luz de la luna,
Ya
ha interrogado a las largas túnicas de los peregrinos.
Vuelve
a no saber nada el que está sobrio
Sabe
que el mundo gira y que florecen
Huesos
putrefactos. Sabe que se repite el ciclo de las
Estaciones
Y
que las estrellas cambian de lugar. No sabe nada
El
que está sobrio.
No obstante
Ha
entrado en los burdeles de mirra y de cal viva,
Ha
lavado las pústulas a aquel que fuera herido en su
presencia,
Ha
ganado dineros y ya son varias las veces
Que
ha embarazado a su mujer.
(Un cielo de azucenas
por
todo lo perdido. Las amistades fieles por todo lo
perdido,
las
grandes mesas, los manteles largos y la cuchillería
por
todo lo perdido. La solidez del cuerpo por todo lo
perdido.)
El
que está sobrio y permanece fiel a sus medidas
Contra
el ocio y los sucesos feos como pinzas de cangrejo,
Hoy
ha encontrado que no sabe nada
Y
que tampoco sabemos más que él los desgraciados.
Bebe
Trozos
de luna, espanta a los mosquitos de colores
Y
penetra en la alcoba brillando como un río.