desatada
la
hora diluviana del ojo. Los huesos rotos
nuestra
voluntad, haciendo frente al flujo
piedras
que discurre en nuestra sangre:
vértigo
desde
las alturas de helio
lenguaje.
Mañana:
una vereda de montaña
entre
aliagas. Luz solar
las
grietas de piedra. Menudencia.
Como
si pudiéramos contener el aliento
hasta
el último aliento.
hay
tierra prometida.