martes, 26 de abril de 2016

Últimos de verano de Paul Auster



Corriente boreal, y ya la noche en pleno,
desatada
la hora diluviana del ojo. Los huesos rotos
nuestra voluntad, haciendo frente al flujo
piedras que discurre en nuestra sangre:
vértigo
desde las alturas de helio
lenguaje.
Mañana: una vereda de montaña
entre aliagas. Luz solar
las grietas de piedra. Menudencia.
Como si pudiéramos contener el aliento
hasta el último aliento.
hay tierra prometida.