martes, 19 de julio de 2016

Poema de Walter Joseph Kovacs [o por qué no todos están capacitados para ser un superhéroe] de Alejandro Baca



Si algún día usted, amable lector, por accidente, descuido o simple casualidad llegase a ser mordido por algún insecto que escapó de una base de experimentos genéticos o buscando una moneda tropezase con un tanque cargado con alguna sustancia radioactiva y, en lugar de morir intoxicado, sobreviviese; si por alguna casualidad la mutación se lograse adherir a su código genético y adquiriese habilidades sobre humanas, tome en cuenta que eso no le convierte a usted en un superhéroe. Tome en cuenta que al adquirir un gran poder no basta con tener una gran responsabilidad. Si usted no es capaz de llegar temprano a la oficina, si usted no es capaz de abrir un paquete de champú con los dientes sin tragar el contenido, si usted es la última persona en enterarse de los romances que ocurren frente a sus narices, le recomiendo que se abstenga en convertirse en un superhéroe. No intente teñir los leggins de su hermana ni confeccione una máscara con los restos de tela que le sobraron a su madre en su última visita a la Parisina. Es muy probable que usted sea la última persona en enterarse que un meteorito se aproxima a la tierra, también es probable que en su intento de salvar al mundo estropee el plan de otro superhéroe que sí llegó a tiempo y, por último, es probable que usted sea la primera persona en ser desintegrada por aquel meteorito. Si a pesar de esto que le digo sigue convencido que puede llegar a ser un superhéroe, si mis advertencias le parecen ridículas le aconsejo que se instruya sobre lo que significa el bien y el mal. Averigüe el verdadero significado de la justicia. No se convierta usted en el protector de la nación, sino del pueblo. No tema a las conspiraciones paranoicas que circulan en el internet y sospeche de todos, aunque estos formen parte de la liga de la justicia. Si usted es demasiado holgazán para abrir un libro; si usted ha decidido ejercer la justicia bajo cualquier circunstancia y nada de lo que le diga lo hará cambiar de parecer, entonces elija un buen nombre, pues, en este mundo, lo que hacen falta no son superhéroes, sino buenos titulares en el periódico de la mañana.