mi
hija Mercedes –todos
los
libros de tu librero
deben
morirse contigo.
Si
no
no
podrán
irse
al cielo contigo
y
qué aburrido
para
ti
que
no se mueran tus libros.
Aparte,
claro, de que
algunos
de tus libros
en
el cielo
yo
creo que ya
no
pueden conseguirse.