Una sonrisa tuya cae en la
hierba
y se pierde para siempre.
¿Y dónde se extraviarán
tus danzas nocturnas? ¿En
las matemáticas?
Saltos y espirales tan
puros-
sin duda recorren
eternamente el mundo, y no
me quedaré
despojada de belleza: el don
de tu pequeña vida, tu olor
a pasto mojado cuando
duermes, azucenas, azucenas
que no pueden compararse con
tu carne.
La cala, los fríos pliegues
de su ego,
y el lirio, embelleciéndose
a sí mismo-
manchas, y un despliegue de
pétalos ardientes.
Los cometas
tienen que atravesar tanto
espacio,
tanta frialdad, tanto
olvido.
Así se desvanecen sus
gestos-
cálidos y humanos, y luego
su luz rosada
sangrando y desollándose
a través de las amnesias
negras del cielo.
Por qué me son otorgadas
estas lámparas, estos
planetas
que caen como bendiciones,
como copos de nieve
hexagonales, blancos
sobre mis ojos, mis labios,
mis cabellos
rozándome y fundiéndose.
En ninguna parte.