Él
sube al metro, no lo miran los otros
pasajeros.
No
hay morbo acumulada debajo de los asientos.
Sus
pies equilibrados en el marchito piso metálico.
Inexistencia.
La
ciudad tiene un lenguaje deshidratado.
No
traduce sustantivos, va errado sobre la vía.
Sus
ojos respiran sudor.
Las
calles fracturadas esconden historias.
Él
es una avenida en blanco y negro.
Frenón
repentino. Se aferra del tubo, no resbala.
(La
falta de luz da miedo)
Lleva
mucho tiempo en otra parte, aún no ha tomado su café.