Si
has de venir ¿por qué no ahora?
Te
espero. Me siento muy mal.
He
apagado la luz y te he abierto la puerta
a
ti, tan sencilla y asombrosa.
Toma
para esto cualquier forma,
irrumpe
como granada arrojada,
o
furtivamente, con una pesa, como un bandido experto.
O
envenéname con el tufo del tifus.
O
con un cuento inventado por ti,
conocido
por todos hasta la náusea,
Para
que yo vea la punta del gorro azul
y
al portero, pálido de terror.
Todo
me da igual ahora. Humea el Yenisei
y
resplandece la estrella polar,
y
el último horror vela
el
brillo añil de los ojos amados.Twittear