un día del cual tengo ya el
recuerdo.
Me moriré en París -y no me
corro-
tal vez un jueves, como es
hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy,
jueves, que proso
estos versos, los húmeros me
he puesto
a la mala y, jamás como hoy,
me he vuelto,
con todo mi camino, a verme
solo.
César Vallejo ha muerto, le
pegaban
todos sin que él les haga
nada;
le daban duro con un palo y
duro
también con una soga; son
testigos
los días jueves y los huesos
húmeros,
la soledad, la lluvia, los
caminos...