Sería
inútil. Ya ha pasado.
Fue
una chispa, un instante. Aconteció.
Yo
acontecí en ese instante.
Puede
que Ud. también lo hiciera.
Suele
ocurrir con los poemas:
terminan
condensándose las formas
en
nuestros ojos como el vaho
sobre
un cristal helado;
las
formas, con su herida.
Pues
quien construye el texto
elige
el tono, el escenario,
dispone
perspectivas, inventa personajes,
propone
sus encuentros, les dicta los impulsos,
pero
la herida no, la herida nos precede,
no
inventamos la herida, venimos
a
ella y la reconocemos.