martes, 9 de agosto de 2016

Calle 12 de Alejandro Betancourt




Autos, lámparas, cristales.
Líquidas luces como lágrimas derramadas
ante aparadores críticos del hombre.
Cuerpos en vitrinas tan endurecidos  como los cuerpos que andan.
Cuerpos salidos  del fondo más vacío del alma.
Viento polvoso arrastra días  y noches polvosos.
Pies que no avanzan en su propio destino,
            sí en el desgaste del mundo.
Pies que dan vuelta sólo a la maquinaria
de sol y luna que se oferten en descuento.
Pies que doblan la calle y pasa un milenio
regateado por la pobre mano materna  del tiempo.
Pies, sólo pies sin luz en la cima del cerebro.
Soledad regada por la calle,
hueca y brillante bisutería.
Soledad ostentada aquí,
gritada como manifiesto y justificación de vida.
Baratijas por montones,
inalcanzables piezas reales
para desdeñosas princesas  del analfabetismo,
príncipes instruidos en el horror  de ser hombres lenguas largas,
morenos bajo el sol, negros en la noche de sus manos.

Autos, lámparas, cristales
y el pequeño Wall Street de cobre
para esta raza de bronce, raza pobre:
            todos como balas perdidas
porque las puertas de la transacción  se cierran 
y pareciera que quedaremos
fuera del mejor baile adolescente,
sentados a la barra de los que esperan
en largas filas como cerco de protesta
gritando consignas inaudibles.
Cuando más apretamos el paso
la gente parece posar ante lentes
de jueces y dadores de abundancia
pero sabemos que son tristes
representaciones de ellos mismos,
brotados de la imagen del otro en las vitrinas.

Autos, lámparas, cristales
y la solitaria industria del hombre,
la industria de manos que baten,
cosen, decoran,
reciben dinero a la vez que entregan
el dulce comestible milenario
custodiado por los guardias
del ayuntamiento en la ensoñación 
del balneario veraniego:
espantan la mosca
y secan el sudor de sus cuellos rojos,
tostados por el sol dominante  en aceras de rebajas,
de insípidos empleados que sólo ahí
reviven la mejor escena de sus sueños
cual sirviente más altivo
que el mejor cerebro del mundo.