¿Qué soy, después de todo,
más que un
niño complacido con el
sonido
de mi propio nombre? Lo
repito una y otra
vez,
Me aparto para oírlo -y
jamás me canso de
escucharlo.
También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre
no había otra
cosa que más de dos o tres
inflexiones?