Ya no me saludan, ayer,
en un festival de poesía me
los encontré a todos, cuántos días sin verlos,
poetas peronistas del 90,
buenos muchachos...
admiradores de la Montaña
Mágica, de la credibilidad
de la realidad que se
rompe.
Qué alegría de verlos...
están frente a mí,
qué sensación, están todos
los cerebros lúcidos
de la vieja patria peronista
y montonera
que sólo existe en un par de
versos prodigiosos...
Es otoño, muchachos, salgan
a las calles.
Una alegría de verlos, gran
emoción
pensé en abrazarlos...
Mas mi amigos peronistas ni
un “hola”,
yo andaba como siempre
pensando en mis hijos
con mi compañera cartonera
hablándole a gente de Gonzalo Millán,
de la importancia para el
mundo que tiene la alegría de La Casa de Cartón,
Martín Adán...
para el mundo del Instituto
Goethe del centro de la Ciudad...
Ayer, con mis amigos
peronistas
comíamos pizzas,
jugábamos al fútbol,
hablábamos de poesía, la mente burguesa
no inundaba la esfera de las
atrocidades
¿qué fue de los crecimientos
libres, de las estéticas liberadoras?
¿Qué fue, dónde carajo está
la poesía del futuro que cambiaría
el mundo? ¿Qué hacen con la
cabeza llena de formalidades, vanguardias y retaguardias?
Siguen envueltos en la seda
de la poesía igual que en un capullo...
subnormales, 30 % de
hombres, Fidel los hubiera colgado a todos...
tendidos humildemente para
que el capitalismo se los culee.
Ángeles guardianes de la
esfera del oro,
practicantes de la mejor
poesía,
ya ni me ven,
ni me saludan, ayer, nomás,
pensar que me querían tanto,
y yo sigo siendo aquél
que ayer nomás decía
el canto azul y la canción
profana
ayer...
hoy, soy invisible,
les gritó “¡Oa, muchachos,
mírenme!”
¡Es otoño, muchachos!
Acá estoy, mírenme
trabajo cada día más,
mis amigos peronistas se
volvieron viejos y panzudos,
hasta pelados, a mí no me
llegará la vejez a los 45 años y pelado,
jamás la vejez me llegará
pelado, sino con canas blancas, pero jamás pelado,
y qué exito
tendré con las mujeres:
Imaginensé:
un negro con una cabellera blanca.
Completamente blanco.
Mis amigos peronistas, ex
admiradores de montos, porque montos no pudieron ser,
no les daba el cuero, tenían
cinco años.
Pero disfrutaron de la
década del 90 más que cualquier monto,
de las putas dominicanas,
Brasil, los viajes a la
Conchinchina...
La pasaron bien.
Mis amigos peronistas ya no
son más amigos míos,
comentan del cartonerío como
una mala salida, se volvieron viejos,
ya no pueden correr una
pelota,
están pelados y panzones...
... Yo tengo la necesidad...
de comprar...:
cuatro prestobarbas por
semana,
voy 3 veces al mes al
peluquero...
Soy el lobizón en un mundo
de finlandeses...
¡Es otoño, muchachos salgan
a la calle,
no me hablen más de rimas!
Este poema es para que quede
bien en claro...
qué es el peronismo...
peronismo, sagrada palabra...
Mis amigos peronistas tienen
el peor concepto del peronismo,
creen que el peronismo es la
interpretación,
la intelectualidad burguesa,
muchachos, viejos del orto,
el peronismo es juventud...
no se puede ser peronista
sin ser joven.
Regla número 1:
En el viejo y revolucionario
Partido
no se aceptan viejos chotos
pelados
pálidos sin vida. E
incapaces de
agarrar una pala, poner agua
en un termo.
Regla número 2:
El Viejo Partido, no acepta
poetas sicoanalizados...
El sicoanalista del pueblo
es Juan Perón...
El antiquísimo Partido no se
encontrará nunca
con los grandes poetas
peronistas de este país.
No aplasta el culo a la
silla diez horas por día.
Yo aplasto el culo diez
horas y otras 20 corro, corto, cojo, boxeo y escribo poemas a favor de mis
amigos peronistas.
Mi día tiene 40 horas.
Mi día no se acaba nunca, no
conoce la oscuridad,
en él retumba la cumbia...
como en mi corazón...
Además tengo dos hijos y
hermanos, compañeros del trabajo,
y tengo dos mujeres de este
pueblo, ellas no escriben versos,
no pierden el tiempo en
reuniones de poetas o presentaciones de libros,
mis dos mujeres trabajan
cada día,
ellas son el triunfo final,
de sus vientres saldrán
las personas que harán
olvidar a estos viejos chotos,
pelados del orto, ellas
están de parte de la vida, son la vida,
me dan vida y retoños hasta
que cumpla 80 años.
Mis amigos peronistas,
burgueses subsidiados por sus padres o el estado,
o la renta, hijos de
políticos, de profesores, de ex montos que ahora tienen empresas, el zorzal
llama a los montos,
el monto llamo al mono
pero el mono se ha
independizado
ahora lee y escribe y
certifica
“no se hace llamar
peronista”.
Dice el burgués horrendo,
cerdo acodado en los medios del Poder:
“Estan envueltos en la red
de la poesía, igual que en un capullo”.
Yo agregaría, de estos
judíos saldrá el monstruo o mariposa,
palidez y panza.