afectaciones.
Algunos objetos
Ming,
las imperiales alfombras de coches
de
ruedas amarillas, están muy bien donde están, pero yo
he
visto algo
que
me gusta más – un
simple
y pueril intento de hacer que un imperfectamente
estable
animal estuviera de pie,
un
similar propósito al hacer que un cachorro
comiera
en un plato.
Yo
recuerdo un cisne bajo los sauces en Oxford,
con
patas como hojas de arce
y
color flamingo. Se desplazaba como un barco
de
guerra. Incredulidad y consciente melindre eran
el
ingrediente
fundamental
de sus pocas ganas de moverse. Por último, su osadía
no
era una prueba en contra
de
su propensión a estimar enteramente los pedazos
de
alimento que la corriente
le
allegaba; se fue con lo que le di
para
comer. He visto este cisne y
los
he visto a ustedes; he visto la ambición
sin
sutileza en una variedad de formas. Sucede que estando
cerca
de un hormiguero, he visto
una
escrupulosa hormiga llevar un tallo hacia el norte, al sur,
al
este, al oeste, hasta que giró
sobre
sí misma, caminar desde el lecho de flores
hacia
el césped,
y
volver al punto
desde
el que había partido. Luego abandonó el tallo
como
algo inútil y esforzando sus mandíbulas
con
un pedazo de cal – diminuto
pero
pesado, comenzó de nuevo el mismo camino.
¿Qué
hay
en
ser capaz
de
decir que uno ha dominado la corriente
en
una actitud de defensa propia;
en
probar que uno ha tenido la experiencia
de
cargar un tallo?Twittear